La idea oficial de unificar los entes reguladores de los servicios de luz y de agua y cloacas está lejos de seducir a los trabajadores de esos organismos.
El futuro de los organismos responsables de controlar las prestaciones de EDET y de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) fue puesto en debate por el Gobierno. Tal como adelantó LA GACETA el domingo 1, el ministro de Desarrollo Productivo, Jorge Gassenbauer, evalúa la fusión del Ente Provincial de Regulación de la Energía de Tucumán (Epret) y del Ente Regulador del Servicio de Agua y Cloacas (Ersact).
Esos organismos nunca fueron normalizados por el alperovichismo, pese a que las normas fijan que deben estar liderados por un directorio, con integrantes propuestos por el Poder Ejecutivo y ratificados por la Legislatura. Desde 2001, el Ersact carece de una conducción oficial y el Epret fue intervenido en 2005.
Mayor especialización
La Asociación de Profesionales Universitarios del Agua y la Energía Eléctrica (Apuaye) puso el grito en el cielo. "Es necesaria una revisión del funcionamiento de los entes de control, pero el eje no pasa por debatir sobre un súper-ente o sobre entes específicos, sino por organismos de control de intereses del regulado y con independencia del poder político", alertó el presidente de la seccional NOA de Apuaye, Miguel Angel Villafañe.
El ingeniero consideró que la sociedad exige mayor eficacia a los entes reguladores. "Eso se logra con organismos especializados en las competencias del área bajo control. Además, así se responde mejor al esquema bajo el cual se privatizaron los servicios, con marcos regulatorios disímiles. Es seguro que se consiga una mayor eficiencia presupuestaria con la creación de un súper-ente, pero nosotros privilegiamos la eficacia por sobre la eficiencia del gasto", sostuvo.
Otro elemento para limitar la injerencia política en los organismos de control, según Apuaye, es que se garantice el acceso a los cargos mediante concursos. Además, recordó que ni en el Ersact ni en el Epret participan activamente los usuarios, como se dispuso en la Constitución. "Sin la incorporación del usuario, cualquier reforma será más de lo mismo. Hoy, el Epret exhibe los males que acechan a todo organismo de control: capturado por el regulador y por el poder político", dijo Villafañe.
Situaciones disímiles
La postura de la Asociación de Trabajadores del Ente Regulador de Tucumán (Ateret) es similar. Aunque, en este caso, el gremio advirtió que acompañará la decisión política que adopte el PE.
"No estamos de acuerdo con la fusión. Dicen que se está funcionando mal, cuando el Epret cumple correctamente. Estamos viendo cuál es el objetivo de unificar los entes, porque no lo entendemos. En cambio, una normalización no sería mal vista", aclaró el secretario general, Raúl Najarro.
Advirtió que el Ersact y el Epret cumplen, técnicamente, funciones diferentes. "Son dos servicios y dos situaciones distintas. El Ersact controla a una empresa del Estado; nosotros, a una multinacional privada", aseveró, en alusión a que la provisión del servicio de agua potable está en manos de la SAT, una empresa estatal. "Pediremos participar en el diseño del anteproyecto de ley. Impedimentos para la fusión no hay, pero no se cuáles son los beneficios", insistió Najarro.